Mandalas

Las mandalas no son simples dibujos, los diseños organizados alrededor de un centro estan presentes en todas las culturas y tienen un origen ancestral.

Las primeras mandalas provienen de la representación religiosa de los monjes budistas y simbolizan el equilibrio entre las fuerzas.

El requisito fundamental de una mandala es que debe mantener un equilibrio en toda su forma; por lo tanto es importante escoger bien los colores y mantener una pizca de simetría en su forma.

Actualmente se han ido introduciendo nuevos diseños puramente estéticos ideales para desarrollar la practica del colorido entre los mas pequeños y no tan pequeños.

La aplicación terapéutica de las mandalas se ha ido ampliando en los últimos veinte años. comenzaron a implantarse en las escuelas para tratar de mitigar las tensiones crecientes que imperaban en las aulas: los casos de dispersión, falta de atención y actitudes hostiles hacia los compañeros y hacia el profesorado.

El coloreado de mandalas se reveló como una excelente herramienta para calmar a los pequeños y jóvenes, y para recobrar el equilibrio emocional, lo cual garantizaba unas condiciones óptimas para el aprendizaje.

Maneras de proceder:

- Escoja el dibujo que más le atraiga en este momento.

- Instálese en un sitio tranquilo donde no sea molestado mientras está realizando esta actividad.

- Es importante una buena iluminación, preferiblemente con luz natural.

- Puede acompañar la actividad con música relajante.

- Debe tener a su disposición una amplia gama de colores y de utensilios como rotuladores, lápices de colores, ceras...

- Puede transformar el dibujo a su gusto y añadir todos los elementos que desee.

- Para la comprensión de esta actividad es importante que observe su estado interior al empezar y al acabar el coloreado. Antes de un trabajo de concentración, diez minutos pueden ser suficiente para reencontrar la calma.

- Raramente una mandala puede ser coloreada en una sola sesión, por lo que se debe guardar el dibujo hasta la siguiente. Es importante no empezar una nueva mandala hasta que la anterior no esté acabada. Si no le gusta cómo está quedando o se ve incapaz de acabarla, es preferible romper el dibujo.

- La mandala es una excusa para pasar un buen rato desarrollando las actitudes creativas de cada individuo.